Ayer en la noche llegaron de visita mis primos, Juan Carlos y Oscar a la casa. Era ya algo tarde y estaba viendo la tele cuando escucho de repente a todo pulmón: “¡Ese primo, vámonos por las chelas! Volteo y los veo sonriéndome.
“Oye Juan Carlos, como que ya es muy noche para andar dando el rol en Acapulco, no crees”.
Y contesta el Oscar: “Primo, no tienes nada de que preocuparte, nosotros te cuidamos…Andale”.
Y bueno, nos salimos a caminar por la Costera hasta que encontramos un Oxxo… “Yo las invito”, les digo y saco la cartera para pagar pero la cajera no tiene cambio y ellos se desesperan un poco… “Te esperamos afuera, ya, jálale”.
Agarramos camino rumbo al malecón, que nos queda muy cerca, y nos sentamos en una banca a ver los yates repletos de foquitos como si fuera Navidad. Platicamos un poco de todo y de nada en especial hasta que veo la hora que es y les digo: “Vamonos ya, si quieren le seguimos en la casa; si se despierta Claudia ahorita y no me ve se va a preocupar”
“Sí pues, no queremos que tengas broncas con tu mujer, vámonos», dice Juan Carlos…
Y bueno, le seguimos un buen rato platicando en casa, muertos de risa, hasta que la chela me hace efecto y me quedo profundamente dormido en el sillón. Ya ni supe a que hora se fueron…
A eso de las 6 am se levanta Claudia y me dice toda enojada: “¡Te pasas, te quedaste dormido otra vez viendo tele, verdad?
Nooo, salí un rato con los primos.
¿Con quienes? –
Pues con Juan Carlos y Oscar.
Su cara de tristeza me lo dice todo; me da un beso y regresa a la recámara.
Mis primos hoy cumplen un año que no están con nosotros, pero para mi jamás se han ido.
Vienen de vez en cuando por la noche a tomarse una chela. Salud.