Todas las noches me visitan mis muertos. No tienen una hora en especial. A veces ya muy entrada la madrugada cuando hace más frío, me siento en la cama y veo como van llegando. En ocasiones es solo una persona, como mi tía Paz o mi Papá, en otras parece una reunión familiar donde está toda la gente de la que no me pude despedir apropiadamente
Hay niños y gente de la tercera edad, incluso algunos conocidos con los que conviví muy poco. Lo mejor es cuando aparece mi perrita, La Negra, que apenas se me fue el año pasado. Juntos nos ponemos a bromear y contarnos como nos va en la vida y en la muerte. Qué estamos haciendo y que les quedó pendiente por estos rumbos terrenales: esas vacaciones que nunca se dieron porque no había tiempo o dinero; las disculpas que deberían haber regalado pero el orgullo les frenó darlas.
A veces alguno de mis muertos me invitan a que los acompañe a su nueva casa. Me cuentan maravillas de como pueden platicar en un lenguaje universal con gente de otros países y que ya no les duele la rodilla mala. Me entero que tienen una barra de café gourmet 24×7 y que pueden disfrutar un Buffet internacional , “all you can eat”, sin padecer problemas de sobrepeso…¡Muero de la envida literalmente!
Escucho tanta cosa buena de mis muertos que me levanto para acompañarlos, pero mi esposa justo en ese momento se despierta, me toma del brazo y dice… “Anda ya David, acuéstate que luego mañana tienes mucho sueño y no puedes trabajar”. Se me parte el corazón porque en ese momento se desvanecen, no se si de mi mente o de la recamara, pero ya no los veo, ya no puedo hablar con ellos.
Ojalá mis muertos sigan visitándome, sobre todo ahorita en estos tiempos del COVID que no puedo salir mucho para ver a mis amigos vivos… ¡que al menos los muertos me ayuden a mantener un poco mi vida social! Ya mañana les contaré quien vino y a ver que chisme me cuentan. Buenas noches.
*Este pequeño cuento es en honor de mis primos Juan Carlos y Oscar Martinez Valverio.
Ambos fallecieron la misma semana, a causa del COVID, hace un año.