Hagamos juntos un ejercicio. ¿Se acuerdan de sus primeros juguetes? ¿De ese tocadiscos que se descompuso de tanto usarlo? ¿Aquellas cubetas llenas de figuras Lego que armabas y desarmabas una y otra vez?
Hay marcas que duran literalmente toda una vida. Que van de generación en generación, incluso a veces se heredan: como un buen reloj mecánico, una pluma fuente, ese sombrero que usaba tu papá y se volvió a poner de moda.
Me hice la tarea de recordar aquellos productos que han perdurado hasta nuestros días, algunos incluso rebasan los 100 años. Ya sea porque tienen una alta calidad, o porque dada su simplicidad y hechura, nunca se descomponen si los tratas bien.
Va la primera parte de mi lista, y porque para mi son importantes. Arrancamos.
1 ) La navaja de barbero Solingen.
Solingen es una ciudad alemana famosa por la calidad de sus herramientas de corte: cuchillos, tijeras… y navajas de barbero.
Cuando tenía 24 años, obtuve una gerencia de marca y me veía muy chavo. Alguien me recomendó que me dejara crecer la barba para aparentar más edad. Mi primer barbero fue todo un maestro para mi, Don David, un adulto mayor que había arrancado en su juventud en la época de las películas de Pedro Infante.
Tuve el atrevimiento de pedirle que me enseñara a rasurarme al estilo “navaja libre” y me vendió una preciosa Solingen que todavía conservo.
En un post más adelante les hablaré del ritual del cuidado de la barba. Toda una historia.
2 ) Moleskine
Moleskine es la icónica libreta francesa que usaron grandes artistas como Van Gogh, Picasso y escritores como Hemingway. Es un estilo muy simple, un pequeño cuaderno negro rectangular, con esquinas redondeadas, un papel grueso de alta calidad, la banda elástica para mantenerlo cerrado y un bolsillo interno. Son un poco caros, pero lo valen.
Actualmente se han modernizado un poco y hay ediciones pop especiales con personajes de los cómics o el cine en las portadas, pero yo he preferido siempre, en mi pequeño morral de piel, cargar una para anotar “esas ideas geniales” que son tan volátiles y de repente se le ocurren a uno.
3) El encendedor Zippo
Este encendedor norteamericano tiene mas de 85 años de historia. Su diseño es simple y el mecanismo perfecto a prueba de viento. Tiene una larga historia que cruza la II Guerra Mundial, la época de oro del cine de Hollywood. Literalmente tiene millones de fans en todo el mundo y el Top of Mind en su categoría de encendedores.
A mi primer jefe en su cumpleaños le regalé un modelo clásico, y durante algunos años que trabajamos juntos, como cortesía, yo le hacía el refill del combustible y las “piedritas” para que encendiera. Hace muchos años dejé de fumar, y no le veo mucho sentido comprarme uno, tal vez solo por el placer estético y tener un producto que nunca falla.
En una época de «usar y tirar», la garantía ZIPO es de por vida, no importando el año de su fabricación: «It works or we fix it free».
4) Old Spice
Mi padre se ponía Old Spice en las mañanas después de rasurarse. Ese aroma lo tengo muy marcado desde mi niñez. Esta es una marca inmortal que ha sabido reinventarse publicitariamente, una y otra vez, para penetrar en el gusto de las nuevas generaciones. Tal vez lo más representativo, aparte de su aroma, son las botellas, con el diseño de barcos famosos.
Lamentablemente soy alérgico a los perfumes con un aroma fuerte, pero si me rasurara diario, seguro que compraría un Old Spice en recuerdo de mi señor padre.
5) Plumas Bic
Yo soy un ideático: siempre debo tener una pluma Bic negra, roja, azul y verde.
He probado diversas marcas y modelos: las que son roller-ball, las de cartucho recargable, las fuente, etc… Pero siempre vuelvo a la clásicas Bic… ¡que no saben fallar!
Siento que si no tengo una de esas plumas a la mano, no voy a poder escribir lo que traigo en la cabeza.
Antes de usar la computadora, boceto las ideas a mano, y siempre, siempre con una pluma Bic: no pesan, la tinta dura un montón, y el color permanece en el papel sin chorrearse. Si desde niño las empezaste a usar, y todavía eres de esos raros que escriben a mano, tener una Bic siempre te sacará de un apuro. Garantizado.
Así pues que vivan los clásicos. Estos productos de calidad que nunca te fallan y que tienen un valor emocional para cada uno de nosotros. Vivimos en una época de consumo, la hipermodernidad que habla Gilles Lipovetsky. Una cultura del exceso donde pretendemos que comprar supla las carencias de nuestra vida cotidiana. Por ahí dicen también que «less is more», y estos productos demuestran que la calidad siempre será mejor que la cantidad.
En la siguiente edición les platicaré de mi gusto por el jabón Zote, mi renovado amor por LEGO, mis siempre eternos pantalones de mezclilla Levis y el porqué siempre tengo a la mano una navaja Victoriano Swiss Army.
Cuéntenme…¿Qué productos son para ustedes importantes, y que no cambiarían por nada en su vida cotidiana? Venga, los escucho.
Javier
7 de agosto de 2021 at 00:46
Pues que te digo que no sepas, el WALKMAN si, sigo usando mi walkman, o más bien, la colección de Walkmans, y CD players que he ido acumulando con los años y que, si quieres puedes ir conociendo en @jmravelomx en tiktok o @jmravelo en youtube
Saludos!!
Michael Perez
7 de agosto de 2021 at 16:08
Hola uno de mis productos favoritos que hasta hoy tengo es un iPod nano, un reproductor tan moderno en su época que hoy se desfaso. sin embargo siempre es la mejor herramienta al momento de ir a hacer ejercicios o actividades al aire libre…